La poesía visual reinventa la tradición y construye a partir de sus límites. Son los cimientos de una casa en constante estado de gestación.
Un lenguaje potencial que busca el modo de nombrar más certero, la palabra que interroga, el puente de acceso a ese estado dúctil y cambiante que es lo real.
Como artista me interesa este campo porque facilita que la mirada se regenere y supere la convención.

RELIQUIA

Obra mixta: fieltro, algodón, concha natural de caracol, texto impreso.



Poema objeto seleccionado en el Premio de Poesía Experimental 2013 de la Diputación de Badajoz.
“El cuerpo desnudo frente a otro cuerpo teme. No posee palabras que pueda adornar con bonitos vestidos. Su piel siente la tristeza de la humedad, el tibio aliento del viento que ha de llegar, el ardiente abrazo de un roce, el desprecio gélido de la indiferencia. El cuerpo se desprende. El peso del caparazón dificulta la movilidad. El cuerpo desnudo puede volar”. Fragmento del texto Reliquia.

AZAR

Poema objeto. Texto impreso, oléo y dibujo sobre cartón.



El azar es el viaje imaginario de la moneda arrojada; la suerte, la esperanza retenida en el ojo que observa.

02

Poesía objeto en monodosis para los tiempos que corren.


«Consumir en caso de mareo emocional agudo por desilusión traumática, presión del subsuelo o de la marea, síndrome del Rinoceronte de Ionesco, parálisis estacional de los miembros inferiores o ceguera repentina por el exceso de imágenes registradas sin digerir.»

POEMA ALEATORIO VISUAL DISCONTINUO

Poema objeto, óleo sobre cartón y papel impreso.
Obra seleccionada en el XIII Premio de poesía Experimental 2009.


Poema formado por 16 cuadrados, unas cuantas palabras desmontables e infinitas imágenes mentales.
Instrucciones
- Extraiga con cuidado los 16 cuadrados de su caja y extiéndalos sobre una superficie.
- Componga, ordene, reinvente, perturbe, improvise y agite los cuadrados hasta conformar un poema visual.
- Repita la acción cuantas veces considere oportuno o su desmedida imaginación se lo permita.

4 GIROS INESPERADOS

Poema objeto a partir de una obra de gran tamaño.
Impresión de originales al oléo.






¿Qué es 4 giros inesperados?
Es la pluma que dibuja y define un camino, la visión a través del cristal de un trayecto, el recuerdo relatado de un suceso, la pelota que gira en las manos de unos niños jugando.
4 giros inesperados es lo contrario a un acertijo puesto que no existe una solución única, sino tantas como se requieran.
Instrucciones
- Extraiga con cuidado los 16 cuadrados de su caja y extiéndalos sobre una superficie.
- Componga, ordene, reinvente, perturbe, improvise y agite los cuadrados hasta hallar el camino que andaba buscando.
- Y eche andar… el camino es suyo.
(Probado y recomendado por su creadora)

DESDE LA CUEVA

Poesía objeto. Caja de madera estucada y trabajada al óleo, fotografías y un texto editado. Dentro de la caja: bombilla, gasa y cerrojo.







“Desde la única ventana de la casa, a la cual se llegaba escalando la pared, observaba el ir y venir de las piernas de los viandantes, su peculiar modo de caminar, el tono de los pasos, la distancia en el tiempo, sus voces invisibles. Tan sólo los niños se percataban de la entrada a la cueva y escudriñaban el interior con verdadera curiosidad, hasta que una mano de adulto les instaba a alejarse.” Fragmento del texto Desde la cueva, de Mar lozano.

LA CAJA DE WELLS

Poesía objeto. Caja de madera estucada y trabajada al óleo, texto editado, llave y pluma.

La caja de Wells, nació tras la lectura de La puerta en el muro de H. G. Wells.

LA POESÍA VISUAL COMO UNA MESA PATAS ARRIBA
A los seis años me enseñaron a dibujar en el colegio, a plasmar sobre un papel las cosas cotidianas que me rodeaban y que, extraña paradoja, había conocido dibujando cuando comencé a garabatear de forma intuitiva sobre cualquier superficie que hallaba a mi paso.
“Un método es importante”, escuché. “¿Por qué?”, pregunté. “Para copiar con precisión lo que ves sobre una hoja de papel”.
Entonces descubrí con horror dos cosas: la primera, y que más me atormentó, fue que hasta ese momento yo no había dibujado nada; y la segunda, que requería de ciertas armas para ser precisa.
Me puse manos a la obra. Mi primer dibujo fue un auténtico desastre, le faltaba precisión, mis líneas temblaban y se retorcían como árboles con dolor de estomago, y lo que era mucho peor, se veía cómo lo había hecho. Debía difuminar, suavizar, eliminar las líneas falsas, las manchas, los borrones. No bastaba con construir líneas, planos, curvas, sino que además debía cubrir todo ello; es decir, dibujar era algo parecido a construir una mesa camilla con sus faldas y su tapete.
Cuento esta pequeña anécdota porque cuando descubrí, años más tarde, el mundo de la poesía visual y experimental pensé que alguien había dado la vuelta a la mesa camilla y la había puesto obscenamente patas arriba. Y este hecho me resultó inquietante, impúdico, desestabilizador e irresistiblemente atractivo.
Ante el poema Llave de Joan Brossa uno descubre que el lenguaje no es una llave mágica con propiedades sobrenaturales que abre cualquier cerradura, sino que es capaz de generar todos los códigos necesarios e innecesarios para entrar o salir de cuantas estancias se quiera, porque tan importante es el mensaje como la construcción de ese proceso que se genera.
La poesía visual, el poema objeto y el libro objeto, el net.art, el arte postal y todas aquellas manifestaciones artísticas que han surgido en esta línea, ponen de manifiesto la importancia en el arte del proceso, de la elaboración, de la generación de redes de significado que se alimentan unas de otras y que enriquecen nuestra percepción; al mismo tiempo que evidencian las carencias actuales de una sociedad que valora los medios en función del resultado obtenido.
Un poema visual no es una mirilla, tampoco una cerradura, ni la llave que encajará en la puerta, porque tanto la mirilla, como la cerradura o la llave están en el poema visual a la vista de todos. Lo que otorga a este tipo de manifestación artística gran libertad de movimiento, de expresión, de manipulación, de crítica y de autocrítica.
Y con las claves que nos descubre la poesía visual uno puede ser preciso si así lo desea, dibujar elefantes de largas trompas, rastrear las vocales de un caracol, catalogar los diferentes sonidos de las bocinas de los coches, construir mesas camilla y levantarles las faldas o prenderles fuego.
Mar Lozano Reinoso
EL POEMA QUE TEJIÓ LA ARAÑA
(texto publicado en la revista El coloquio de los Perros)
Un poema es una casa habitada, un refugio de amplias ventanas que muestran diferentes panorámicas del jardín universo, una larga carta que narra las aventuras y desventuras de los pies que corretean tanto fuera como dentro de la morada, una cueva platónica donde la mirada se identifica con la sombra.
Un poema visual, en cambio, es la radiografía espectral de la casa y el mapa térmico de lo que allí se encuentra. Es una tela de araña tejida con el pulso de un equilibrista y la bella danza de la bailarina que seduce e incita.
En muchas ocasiones me han preguntado cómo se construye un poema visual. Y siempre que he contestado, sabía que mentía. Cada vez que afirmaba que la poesía visual es la imagen hecha poesía, o la palabra intoxicada por la imagen, o el juego de varios lenguajes bajo la mirada poética, rompía la red de la araña y desvirtuaba el sentido real de la poesía visual.
Entonces me fijé en el modo de actuar de la araña. La araña sale de la cueva y se afana en construir algo aparentemente absurdo. Traza hilos que engancha, retuerce y estira. Si tira demasiado de un lado, compensa la tensión inclinando la posición del extremo opuesto; así, hasta conseguir el equilibrio perfecto y una misteriosa tela que dará cobijo mortal a la presa seducida.
La araña es una gran poeta visual: construye una superficie aparentemente frágil porque sabe que la realidad es mutable y bello el movimiento; trabaja, en un ejercicio de fuerzas y de tensiones, su pequeño habitáculo donde la presa será desnudada y engullida con la pasión de un amante celoso.
Cada araña es identificada por su modo de fabricar la tela. Hay telas embudos, tubulares, espirales, en forma de hoja o de bóveda, y son generadas teniendo como referencia de medida su propio cuerpo. Un mapa de sí mismas multiplicado por el número elegido.
El poema visual es una tela de araña con clave de identidad del autor. Un mapa que traza con su cuerpo para aprehender lo que le rodea y, a partir de ahí, manipula, transforma, construye, juega.
Creo que la próxima vez que me pregunten sobre la poesía visual, no hablaré del poema sino del poeta y diré: <El poeta visual desnuda la realidad, sus ojos son impúdicos y posee las manos de un niño que acaricia todo lo que ve para sentir en su piel las diferentes superficies y, de este modo, aprender a tejer. >
Mar Lozano Reinoso